"Los ojos no ven nada más que lo que miran y no miran nada más que lo que ya conocen. Añadamos como corolario que si no encuentran lo que buscan, dicen que no hay nada".
(Telesforo de Aranzadi)

lunes, 17 de abril de 2017

Pequeñas Recomendaciones de Herman Hesse Sólo pruébalo una vez —un árbol, o al menos una porción considerable de cielo, que puede verse desde cualquier lugar. Ni siquiera tiene que ser un cielo azul; de alguna u otra manera la luz del Sol siempre se hace sentir. Acostúmbrate a ver un momento el cielo cada mañana, y de pronto serás consciente del aire que te rodea, el olor de la frescura de la mañana que se te concede entre el sueño y el trabajo. Encontrarás todos los días que el tejado de cada casa tiene su propia apariencia y su propia luz. Pon atención y pasarás el resto del día con una satisfacción reminiscente y un sentimiento de coexistencia con la naturaleza. Gradualmente y sin esfuerzo, el ojo se entrena a sí mismo para poder transmitir numerosos y pequeños placeres, a contemplar la naturaleza y las calles de la ciudad, a apreciar la inagotable diversión de la vida cotidiana. Esto es, para el ojo entrenado artísticamente, solamente el inicio del viaje; lo principal es el comienzo, el acto de abrir los ojos.

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